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POESIA POPULAR
 

 

 

 

 

POESÍA POPULAR

 

CANICOSA MILENARIA

Delfín de Miguel de Pedro

 

Canicosa milenaria,

Pino-roble por  amor,

abrazo y vida común

difundidos en Blasón.

 

Monumento a la decencia

espíritu de otro tiempo,

mujer y hombre que reviven

con su  prole, los  cimientos.

 

Mirando siempre adelante,

espejo de estos parajes,

todo se halla en tu regazo:

¡Visión, amistad, cantares…!

 

Humilde-rica a la vez

por la madera  o resina,

no presumes, ahí estás,

para observador sin prisa.

 

Tus praderas admiradas

para oveja y vaca,  bosques,

siempre existió  aquel pastor

sencillo, alegre de sones..

 

Cada  estío y  en  la fiesta

hacía  queso artesano;

San Roque aún nos viene a ver

con la Virgen cada año.

 

Bello, antiguo tu chaparro

viajabas con las carretas,

arte en radios de mil  ruedas.

“Nuestro carretero sueña”.

 

 

 

Los Chicote, los de Pedro

Uncían  yunta de bueyes

preparando  largo viaje.

Pez, resina mercaderes.

 

Alquitrán para fisuras

en barcos de viejo roble,

pino albar, palo mayor,

pena en casa, vuelta al orbe.”

 

Sudásteis bien la corona

obrando en comunidad,

cual Roble-pino y la rueda

emblemas de  vuestro andar.

 

Mima aún a estos vecinos

pues donde quiera que van,

emigrantes canicosos,

abren puertas, sangre dan.

 

Con la Virgen de Revenga

e historia del Carrascal,

hay un valor femenino

que  trasciende a la polar.

 

Paisaje de hermoso pueblo,

la pólvora o las  canteras

origen de estas mansiones.

¡Oh,  cantero y su herramienta!

 

Serrano de Canicosa

hombre valiente, severo,

sabes guardar porcentajes

por la belleza  del   pueblo.

 

 

 

 

 

 

 

 

COSTUMBRES DE NUESTROS ANTEPASADOS

Jesús Pascual Mateo

 

Allá en tiempos no lejanos

mi bisabuelo labraba

con un borriquito cojo

y una vaca descornada.

 

Toda la gente del pueblo

de sol a sol trabajaba

para cultivar el campo

con el jumento y la vaca.

 

Desbarataban las lindes

haciendo cierta calzada

para sanear las tierras

que tenían encharcadas.

 

Vivían muy pobremente

también mal se alimentaban

comían los titos rancios,

garbanzos, nuez y manzanas

con un mendrugo de pan

pues a nada más llegaban.

 

Las veladas las pasaban

junto al borrico en la cuadra

y a la luz del candil

jugaban a la baraja.

 

 

Así pasaban el rato

Hasta llegar a la cama.

Se levantaban temprano

Para empezar la jornada.

 

Al llegar la primavera

Han florecido los campos,

Ya cantan los pajarillos

Entre las ramas del árbol.

 

La perdiz y la codorniz

sus nidos han preparado,

han puesto sus huevecitos

para poder escucharlos

y sacar unos pollitos

que correrán por el campo.

 

El raposillo en la cueva

su lecho está preparado

para alumbrar sus cachorros

tan astutos y tan majos.

 

Pantano de Villafranca

hasta arriba te han llenado

para poder regar bien

y de abastecer de agua

a los pueblos que lo han llevar.

 

 

 

 

 

 

 

 

QUINTOS DE 1955

 

A esta fiesta Canicosa

versos quiero dedicar,

que hoy es un día especial

para siempre recordar.

 

Hace seis décadas ya

que de forma natural,

esta bella localidad

aumentó su natalidad.

 

Antes de continuar

no me quisiera olvidar,

del trabajo y esfuerzo

de una matrona ejemplar.

 

Auria la llamábamos

y a todos nos recogió,

aunque unas noches tuviera

lo mismo pero por dos.

 

Poco a poco el tiempo pasó

y al cumplir los cuatro años,

sin apenas darnos cuenta

a la escuela ir tocó.

 

Tuvimos grandes maestros,

los cuales siempre estuvieron,

haciendo tan gran esfuerzo

que siempre agradeceremos.

 

La primera comunión

hicimos sin excepción.

Cuánto trabajo le dimos

al pobre don Salvador.

 

Aquellos largos inviernos

y aquellos buenos recreos

son para todos nosotros

nuestros mejores recuerdos. 

 

Por la tarde nos gustaba

ver esa Línea encantada.

El Quete y la Valeriana

nunca su puerta cerraban.

 

La adolescencia pasó

también con gran ilusión.

La televisión llegó

 y fue la revolución.

 

Nuestra música ¡la mejor!

Y por si esto fuera poco,

doña María Luisa compró

un precioso magnetofón.

 

Más tarde hubo ocasión

de ver cine a discreción,

el Bene ya se encargó

de traerlo hasta el salón.

 

También quiero hacer mención

de aquellos nuestros guateques.

No sabrá lo que perdió

la siguiente generación.

 

Unos añitos después

llegó la despoblación,

pero los quince de agosto

esto parece New York.

 

Aunque en invierno este triste

y vengan grandes nevadas,

siempre será Canicosa

nuestra villa deseada.

 

Y ya para terminar

sólo quiero dedicar

todos mis buenos deseos

y mucha felicidad.

 

Josefina Marcos Escribano

El Pinachón, 2016